Surfacing

La esencia de la superficie en arquitectura se manifiesta en el encuentro directo con ella, tanto en el exterior como en el interior de los espacios construidos. La superficie arquitectónica es la primera capa perceptible de un edificio, y su apariencia puede influir en cómo percibimos y experimentamos el espacio. Juega un papel fundamental en la experiencia sensorial humana, ya que a través de la vista y el tacto se percibe su estado y se le atribuye un valor particular a cada individuo que interactúa con ella.

En el diseño arquitectónico, la superficie es un medio de expresión que permite la manipulación creativa. Es capaz de acoger múltiples capas de conocimiento y aplicación, llevando la arquitectura más allá de su función meramente estructural y espacial, hacia una nueva dimensión de creación y significado. La superficie de un edificio puede comunicar mensajes simbólicos y expresar la identidad cultural, histórica o personal; afirmando que la arquitectura es capaz de convertirse en un medio infinito para expresar y compartir ideas y emociones profundas.

La superficie puede ser vista como una metáfora de la interacción entre lo superficial y lo profundo, tanto en la arquitectura como en la vida. Las interpretaciones de las superficies son diversas, lo que las hace intrigantes al escapar de los términos y convenciones tradicionales. Este enfoque revolucionario redefine las expectativas y fomenta la exploración de nuevas posibilidades en el diseño arquitectónico. Se permite una reflexión sobre la naturaleza de la realidad y la importancia de ir más allá de las apariencias superficiales para comprender la verdadera esencia de las cosas.

A lo largo de la historia del diseño, la concepción inicial ha sido predominantemente racional. Sin embargo, el juego creativo con las superficies ha marcado nuevos períodos de conocimiento, aplicación y avances tecnológicos. Mientras que lo racional puede volverse monótono, el diseño creativo se presenta como una fuerza innovadora y estimulante, que despierta interés y curiosidad al proponer nuevas perspectivas y enfoques radicales. La superficie arquitectónica es la interfaz entre lo material y lo inmaterial, lo tangible y lo intangible, sirviendo como un medio de exploración y reconciliación entre dicotomías.