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"Less is More" - Mies van der Rohe


Ludwig Mies van der Rohe, arquitecto alemán-americano, fue expuesto desde temprana edad al ámbito de producción y creación de instalaciones por parte de su padre. Tan solo a los 21 años fue expuesto al mundo real de la arquitectura en colaboración con el arquitecto reconocido de aquella época Peter Behrens, que también Walter Gropius y Le Corbusier se unieron a desarrollar su formación artística en su oficina. Mies van der Rohe se adentra al mundo donde la maquinaria era la fuente principal de producción. Por esta razón, todo lo que diseñaba tenía que pasar por una planificación de construcción. La arquitectura para ese entonces resultó en una mezcla entre la esencia del arte y los nuevos sistemas de tecnología.


Van der Rohe durante su práctica, genera un nuevo concepto de arquitectura, “menos es más”. Una obra ejemplar de este tema es el Pabellón de Barcelona. Esta estructura tiene usos mínimos de los materiales industriales y define el espacio conforme a la sensación minimal, junto con la rigidez de la estructura y su transparencia. Su concepto arquitectónico se basaba en generar una continuidad entre el espacio exterior e interior donde haya un balance entre los elementos estructurales para que la misma fuese de aspecto liviano y en su totalidad transparente hacia los alrededores.El Pabellón genera una imagen sutil de gran elegancia, donde los elementos de mármol y el agua generan un contraste tanto en el interior y exterior de la misma.


El Pabellón de Barcelona es una obra ortogonal y simple, gesto que manifiesta el lenguaje del estilo moderno durante la época. Fue realizada con el propósito de representar a Alemania y su desarrollo luego de los sucesos de la Segunda Guerra Mundial. Mies van der Rohe visualizaba su pabellón sólo como un edificio y nada más. No tenía la intención de albergar ningún tipo de obra, más bien lo realizó para que fuese un ámbito de tranquilidad y escape, transformando en efecto el pabellón en una escultura habitable. El diseño de este se basa en un sistema de cuadrícula desarrollado por Mies que no solo sirve como patrón de los adoquines de travertino, sino que también sirve como un marco para los sistemas de pared. Al elevar el pabellón sobre un zócalo junto con el perfil estrecho del sitio, el Pabellón de Barcelona tiene una orientación horizontal baja que se acentúa por el techo plano bajo que parece flotar tanto en el interior como en el exterior.


Esta obra controla la experiencia del usuario mediante decisiones compositivas donde también se genera una intención de paz dentro de los espacios de la estructura. El arquitecto genera la intención de que mientras estés adentro cada espacio está enmarcado por una vista en específica predeterminada. Constantemente el usuario se encuentra descubriendo y redescubriendo elementos que conforman la estructura, elemento interesante cuando se trata de la circulación y experiencia general de un pabellón. En fin, la simplicidad resume la claridad dentro de la estética que se aprecia en los espacios.







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